miércoles, 26 de diciembre de 2007

Tsunami, ¿accidente natural o prueba nuclear?

Cuando se cumple el tercer aniversario de "la masacre" de Indonesia tras el tsunami, me he preocupado por rescatar un antiguo escrito sobre el tema. Alguien, en la barra de un bar (donde en ocasiones las opiniones ajenas se menosprecian), hizo hincapié en dudar sobre la posibilidad de que dicho tsunami fuera provocado por las pruebas nucleares que ciertos países realizan en la zona. La gente le tildó de negativo e "iluminao" y nadie dudó de la "versión oficial" vertida por los medios de comunicación (o quizás de manipulación de la "mansa" sociedad cuando les interesa). Y a mi, que me indignaba soberanamente esa posibilidad que se abría ante mí, me dio por informarme sobre el tema. De esta manera encontré este escrito.

Yo no pretendo manejar la opinión ajena. Pero, tal y como diría Iker Jiménez, os quiero dejar dicho escrito para "arrojar un poco de luz sobre este tema". Es mi forma de mostrar respeto por la memoria de los más de 100.000 fallecidos. Luego, forjarse una opinión personal, os lo dejo a vosotros mismos...

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Tsunami, ¿accidente natural o prueba nuclear?

Provocar artificialmente tsunamis para convertirlos en poderoso instrumento de destrucción masiva fue objeto de investigaciones militares secretas en la zona del Pacífico, en una época en que todas las potencias buscaban el arma por excelencia, capaz de llevar la destrucción al mismo tiempo a decenas de países causando millones de muertos. Los brujos de la época quisieron llegar cuanto antes al Armagedón y se lanzaron a una carrera en la que participaron los cerebros más importantes del mundo científico y los políticos más carentes de escrúpulos.

Durante la II Guerra Mundial se consideró que los tsunamis –las “olas grandes”- podrían ser tan efectivos, o más, que las bombas atómicas, con el añadido de su absoluta discreción. El lugar elegido para la experimentación se situó en las Antípodas, en la más remota región del Pacífico. En 1944-45, el profesor Thomas Leech, de la Universidad de Auckland, de la que fue decano de Ingeniería durante 50 años (hasta su muerte en 1973), provocó una serie de explosiones bajo el agua para impulsar pequeños maremotos en Whangaparaoa, al norte de Auckland.

El resultado fue tan sorprendente que, según los informes secretos de la época, habrían ahorrado el uso de las bombas atómicas si se hubiera dispuesto de un poco más de tiempo. Se trata del Proyecto Seal, cuyos documentos desclasificados han sido revelados ahora por el ministro de Asuntos Exteriores de Nueva Zelanda. Los ingleses y los norteamericanos no congelaron el proyecto después de la guerra, sino que lo impulsaron. Decidieron enviar al doctor Leech para que asistiera a las pruebas atómicas en el atolón Bikini y comprobar si las explosiones podían ser el acelerador de sus tsunamis.

En su lugar, asistió el doctor Kart Compton, un experto nuclear norteamericano. Se quedó tan impresionado que propuso a la Junta de Jefes del Estado Mayor de EEUU continuar con el proyecto y contar con la colaboración del Gobierno de Nueva Zelanda. Algunos colegas científicos de Leech, como Neil Kirton, confirmaron los experimentos del creador de tsunamis. Se hicieron pruebas a pequeña escala que confirmaron que podría llegar a ser devastador. Desde entonces los experimentos continuaron en el más absoluto secreto, con la complicidad de los Gobiernos de la zona.


LOS PRIMEROS EXPERIMENTOS

Entre las causas que pueden desencadenar los tsunamis, están reseñadas fehacientemente las pruebas nucleares (explosiones) submarinas, dice Lila Rajiva, periodista de Baltimore (que lanzará próximamente en Monthly Review Press su libro The Language of Empire: Abu Ghraib and the American Media).

EEUU ha realizado 1.054 pruebas nucleares entre el 16 de julio de 1945 y el 23 de septiembre de 1992. Antes de 1962, se hacían en la atmósfera (en tierra o en los océanos Atlántico y Pacífico), pero la mayoría de ellas -839- se verificaron bajo el suelo. Francia realizó 193 pruebas nucleares en los atolones de Mururoa y en Fangataufa, entre 1966 y 1996 (además de otras cuatro en el Sahara). De ellas, 44 fueron atmosféricas. Éstas continuaron hasta 1974, y desde entonces se hicieron subterráneas. Los experimentos -que implican una carga nuclear importante- se realizan a una profundidad de 500 a 1.200 metros en el suelo basáltico del atolón. Como se recordará, los servicios secretos franceses estuvieron involucrados en la voladura de un barco y la muerte de dos pacifistas que protestaban contra las pruebas.

En 1995 tres residentes en Tahití -Marie Thérése Danielsson, Pierre Largenteau y Edwin Haoa-, perjudicados en sus propiedades, se querellaron contra el Gobierno francés, denunciando además que las explosiones nucleares producían a corto término daños geológicos y aventaban a la atmósfera gases y productos volátiles de la fisión. Añadían que podían ocasionar corrimientos de tierras, como el que ocurrió en Mururoa en 1979 y que provocó un gran tsunami.

El desprendimiento de tierras en este atolón removió un millón de metros cúbicos de coral y rocas, que crearon una cavidad de unos 140 metros de diámetro, y produjo una gran ola comparable a un tsunami, que se extendió por el archipiélago Tuamotu y causó numerosas víctimas en la parte meridional del atolón. Las autoridades francesas declararon inicialmente que se debió a causas naturales. Al final reconocieron el llamado "accidente del 25 de julio de 1979".


ALGO MÁS QUE SOSPECHAS FUNDADAS

Los tsunamis son raros en el océano índico, aunque se han registrado siete terremotos cerca de Indonesia, Pakistán y la bahía de Bengala. La gran ola del 26 de diciembre de 2004 es el primer tsunami multioceánico desde que estalló el Krakatoa en el siglo XIX.

Indonesia es un archipiélago de 17.000 islas que se asientan en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, donde se juntan las placas y los volcanes estallan regularmente. La región está desprotegida de sistemas de alerta al quedar fuera de la red de estaciones cuya central está en Hawai. Los datos sobre movimientos sísmicos son considerados secretos por algunos Estados, como China.

Existe la posibilidad teórica de que una gran explosión produjera directamente el fuerte terremoto que puso en marcha el tsunami. También, que pruebas nucleares anteriores lo hayan producido indirectamente.

Las circunstancias y consecuencias de las pruebas nucleares en toda la zona del Pacífico están clasificadas como alto secreto. EE UU no ha ratificado el Tratado de Prohibición de Pruebas (Comprehensive Test Ban Treaty), dejándose así la puerta abierta a nuevos experimentos. Desde 2002, año en que se ha reactivado secretamente la carrera nuclear multinacional -y ya no entre dos bloques-, se han buscado muchos pretextos para realizar nuevas pruebas en la región.

Según Eugene Bingham, del New Zealand Herald, expertos en tsunamis creen que un ingenio nuclear secretamente probado fuera de las costas de Auckland, hace 50 años, pudo haber desarrollado el efecto devastador.

Investigadores de la Universidad de Waikato sostienen que un experimento moderno, sucesor de aquellos proyectos de guerra experimentados fuera de Whangaparaoa, podría producir olas de más de 30 metros de altura. El doctor Willem de Lange, del departamento de Ciencias de la Tierra, dijo que mientras una sola explosión no es necesariamente efectiva, una serie de ellas podrían causar un impacto significativo. Informó que un grupo de costas de la universidad estudió recientemente los probables impactos de explosiones volcánicas submarinas.

Su trabajo concluye diciendo que la siguiente erupción en la región de Auckland será probablemente submarina dada la gran cantidad de agua que rodea la ciudad. Pero el test demostró que una sola explosión en el golfo de Hauraki no provocaría un tsunami. Las olas no fueron altas porque la energía se proyectó hacia arriba y no hacia los lados. Cree que el mismo principio podría ser válido para la bomba tsunami. "No se puede confinar la energía. Una vez que la explosión se hace lo suficientemente grande, toda su energía va hacia la atmósfera y no dentro del agua. Pero una de las cosas que descubrimos fue que sí se produce una serie de explosiones en el mismo lugar, sería mucho más efectiva y podría provocar olas más grandes"


SE DESATAN LOS RUMORES

Según el International Herald Tribune, del 29 de diciembre, los ordenadores de las oficinas de la Organización para el Tratado de Prohibición de Pruebas Nucleares recibieron los datos sísmicos en la mañana del domingo sobre el terremoto que expandió el tsunami en el sur de Asia, pero no se comunicaron porque los 300 empleados de la oficina se hallaban de vacaciones. ¿Por qué? Porque carecían de capacidad para actuar oficialmente, a la espera de la ratificación del tratado por 11 países, incluidos EE UU, Pakistán y Corea del Norte. Durante su conferencia de prensa en la reunión de Yakarta, el coordinador de las Naciones Unidas para Ayuda en Emergencia, Jan Egeland, soltó el rumor -extendido en el mundo árabe- de que el terremoto había sido provocado por un experimento nuclear. Luego, cogido por las orejas por Kofi Annan, tendría que rectificar.

La prensa israelí se hizo eco de estos rumores. El Jerusalem Post y el Arutz Sheva informaron de que un prominente semanario egipcio -identificado como Al Osboa o Al Ousboue- sostenía que India, en su carrera nuclear con Pakistán, habría recibido tecnología nuclear avanzada de EEUU e Israel y habría sido probada en la región del océano índico conocida como el Cinturón de Fuego.

El Times de India añadió otras insinuaciones; entre ellas, que el terremoto fue causado por pruebas de armamentos que pueden provocar terremotos y erupciones volcánicas remotas a través de ondas electromagnéticas. Se refería seguramente al Haarp. También se dijo en ese diario que fue un efecto colateral de un experimento para tratar de corregir la rotación de la Tierra.

De acuerdo con el semanario egipcio Al-Ousboue, India, en su carrera nuclear con Pakistán, habría recibido un sofisticado know-how nuclear de EEUU e Israel, los que habrían colaborado con India para "desislamizar" Asia.

Según el reportaje del semanario, del que se hizo eco el Jerusalem Post el 7 de enero de 2005, desde 1992 importantes centros geológicos de Inglaterra, Turquía y otros países habrían alertado de no realizar experimentos nucleares en la región del océano Índico conocida como el Cinturón de Fuego. Desoyendo estos consejos, Israel e India continuaron sus pruebas en la región.

Más recientemente, EEUU decidió seguir con los experimentos en el desierto australiano que está incluido en el mismo cinturón. Según el semanario, un año antes del tsunami, Arabia y los países islámicos pidieron a EEUU que parase sus experimentos en la región, y también hicieron la misma petición a India y a Israel.

Aunque Al-Ousboue no excluye la posibilidad de que el tsunami pudiera haber sido causado por un terremoto natural, especula con que “mientras esto no ha sido demostrado todavía, sí se realizó un experimento secreto nuclear”, conjuntamente por Israel e India, el 26 de diciembre, que causó el terremoto. El semanario egipcio concluye que "el intercambio de expertos nucleares entre Israel e India y la presión norteamericana sobre Pakistán, que se ejerce suministrando a India tecnología nuclear e impidiendo a Islamabad cooperar con Asia y con los Estados islámicos en el terreno nuclear, plantean una gran cuestión sobre las causas que están en el origen del violento terremoto".


DESMENTIDO RUSO Y OTROS SECRETOS

Los desmentidos por parte de la prensa israelí no tardaron en llegar. Lo mismo hicieron los científicos de la Agencia de Energía Atómica, negando cualquier origen nuclear del tsunami. La edición rusa online MIGNews dijo que para producir un terremoto de 9.0 como el del océano Índico sería necesario hacer estallar una bomba de 178 megatones. Pero ni India, ni Israel, ni EE UU disponen de tal bomba. La máxima potencia que se conoce para ser probada hasta ahora fue una bomba H de 57 megatones detonada por la URSS en 1961. Sin embargo, no desmienten la realización de pruebas nucleares en la región, ni otros tipos de experimentos menos conocidos.

El 28 de noviembre, un mes antes del tsunami, Reuters informó que durante tres días 169 ballenas y delfines fueron llegando a las playas de Tasmania, una isla en la costa meridional del continente australiano y Nueva Zelanda, sin causa conocida pero obviamente huyendo de algo. Bob Brown, senador del Parlamento australiano, dijo que pudo ser debido al sonido de explosiones de bombas o de pruebas sísmicas del fondo marino para sondeos de gas y petróleo efectuadas cerca de Tasmania.

Según Jim Cummings, del Instituto australiano de Ecología Acústica, que informa sobre las nuevas tecnologías del sonido para fines militares e industriales, desde 1968 se han realizado en la zona sondeos potentes con cañones de aire; emiten ondas de sonido de baja frecuencia capaces de penetrar mas de 40 km bajo el suelo marino, susceptibles de provocar grandes olas. Cabe mencionar que el Gobierno australiano dio luz verde a un gran programa de pruebas sísmicas en la zona para exploraciones petroleras, que aunque no tienen suficiente potencia para inducir el temblor, recuerdan que en el pasado tales actividades produjeron terremotos.

Benjamín Cremer, de la revista Share Internacional, que informa habitualmente de los terremotos en cualquier lugar, afirmó: "Es imposible realizar una prueba nuclear subterránea sin provocar un terremoto, no necesariamente en las inmediaciones, sino en cualquier parte del mundo. Las pruebas nucleares son responsables de la cuarta parte de todos los terremotos que se registran".
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FUENTE: http://www.otrasfronteras.com/tsunami_accidente_o_provocado.php
Autor: Eliseo Bayo - Revista Autogestión abril-mayo 2005

viernes, 7 de diciembre de 2007

Preguntas a Markel Olano*

*escrito enviado a varios medios de comunicación para su publicación, la cual seguimos esperando.


Tras el lamentable espectáculo ofrecido por el PNV el pasado miércoles y el aún más lamentable anuncio de imponer sus tesis mediante un antidemocrático y escandaloso decretazo, me permito realizarle las siguientes preguntas:

1.-Su cacareada Nueva Cultura Política, ¿consiste en imponer por medio decretazos las tesis de su partido a la mayoría de las Juntas Generales? ¿No le da vergüenza actuar de esa manera?

2.- ¿Por qué un dirigente que se dice nacionalista se niega a que sea el Parlamento Vasco quien armonice el Impuesto de Sociedades? ¿Qué tipo de abertzalismo es ese?

3.-Tras la traición realizada a sus compañeros de gobierno, ¿podemos pensar los guipuzcoanos que usted es un hombre de fiar?

lunes, 3 de diciembre de 2007

ETA ya ha dado el paso

No por esperado resulta menos trágico el asesinato de un Guardia Civil anteayer en Capbreton. Decía Joseba Azkarraga que ETA había dado un salto cualitativo al atentar en Francia y es cierto. Me aterra -mas aún- pensar que hubiese pasado si en vez de ser un Guardia Civil el asesinado, hubiera sido un miembro de laGendarmerie. Ya sabéis, allons enfants de la patrie... y tal. Pues el caso es que si en vez de un Francisco, el asesinado hubiera sido un Françoise, tela marinera. Sarko se vuelve loco. El caso es que vaya mi condena mas contundente a la acción y a los que la cometen.

Pasemos ahora al análisis que esta situación deja. Decía un contertulio de tarde hace un rato que ETA no va a terminar por que si. Y a la hora de citar responsables, citaba; 1.- Gobierno de España, por mandar a los guardias a la boca del lobo. 2.- Medios de comunicación, por buscar siempre el titular. 3.- Judicatura española, por la aberración -que lo és- del 18/98. Eso si, respecto al mal nacido que le pega el tiro al picoleto, nada de nada. Hay que ser cínico. Todo el mundo tiene la culpa, menos el que aprieta el gatillo. Echale cojones.

Ahora, eso si. En una cosa tiene razón. ETA no va terminar porque si. Se adentraron en el lago de la sangre y la salida solo puede ser una huida hacia adelante. Ahora no pueden darse la vuelta y retroceder sin explicar a los padres, hijos, hermanos, mujeres y novias de los fallecidos que todo lo sufrido ha sido en vano. No pueden, por lo tanto, explicar lo inexplicable.

Pero, ETA no va acabar por que si. Cierto. Y si mañana, gobierne quien gobierne, se da la posibilidad de acabar con ETA dialogando como, por otra parte, han intentado todos los gobiernos desde la transición, tendrán mi apoyo aquellos que me lo pidan. Hasta entonces la labor policial y judicial contra ETA -no contra la izquierda abertzale- es clave. Simplemente porque intentamos que no nos maten. Ni a los amenazados físicamente, ni a nosotros como sociedad. O físicamente también, y si no véase lo del juzgado de Getxo.

Y esta vez, no admitiré, como no lo hice con la T4, que ha sido un accidente y que no querían matar. Un tiro en la cabeza no puede ser accidental.

Vaya mi mas sincero pésame a los familiares y amigos de las víctimas.

domingo, 2 de diciembre de 2007

De la libertad y restricción del voto


Mucho se habla hoy de la capacidad de todos los ciudadanos, del derecho de todos los ciudadanos, al voto. Bien, pues del mismo modo que un loco o un disminuido mental no está capacitado para ejercer su derecho, porque no es capaz de comprender en toda su complejidad lo que su voto representa -ni mucho menos de percibir correctamente la cuestión acerca de la cual se lleva a cabo la votación-, de igual modo pienso que no puede comprender estas cuestiones, y por tanto no puede ejercer el derecho al voto, aquel grupo de personas que no tenga una educación, una formación, política lo suficientemente extensa y profunda como para abordar ampliamente los flancos antes subrayados.

Por tanto, ante la imposibilidad de discernir quien sí y quien no tendría derecho hoy al voto -doy ya por supuesto que el voto debe ser algo censitario, no abierto a todos los ciudadanos como las nuevas democracias, tan alejadas de la original de Atenas, se empeñan en implantar- pienso que la primera crítica debería ser personal de tal modo que todos, antes de votar, deberíamos plantearnos si estamos, o no, suficientemente preparados para hacerlo y, en caso contrario, abstenernos.

Ahora, respecto al modo de llegar a obtener el ejercicio del derecho al voto, diré que la política actual, desde la comprensión plena del funcionamiento de las diferentes instituciones a los planteamientos históricos y actuales de los diferentes partidos deberían ser enseñados en la escuela a los infantes como materia obligada hasta el fin de los estudios de bachillerato (¿en forma de educación para la ciudadanía?), y que su aprobación -por un jurado mucho más elevado e imparcial que el escolar- sería obligatoria para la obtención de dicha distinción.

Todo esto es necesario puesto que la política, como arma tremenda de poder incalculable que es, debe ser bien manejada y regida, y aquellos que votan por razones de mera costumbre o inercia, alejados del voto particular y meditado, no hacen más que lubricar los raíles de un tren ya descarrilado.

Hagamos notar, además, la necesidad de participación activa de estos entes con derecho a voto. Desde una estructura de pequeños núcleos de votación, deberían tomarse las decisiones no administrativas, las importantes, las decisivas para la vida diaria. Habrá quien diga que este planteamiento carecerá de base en tanto en cuanto los ciudadanos mirarán por su propio bien individual, olvidándose de lo que de verdad es necesario. Bien, yo digo que una buena enseñanza política debe enseñar precisamente eso, que la política tiene unas repercusiones sociales a las que todos estamos expuestos, puesto que el derecho a voto no va a conllevar otro tipo de diferencias fiscales ni judiciales, aunque naturalmente el voto habrá de ser interesado -en los casos que lo sea- como lo es hoy mismo.

No estamos diciendo que sólo un grupo censitario tenga derecho a voto, sino que sólo aquel grupo que obtenga el uso a dicho derecho debe tenerlo, con igual de opportunidades en la salida, no en la meta, teniendo todo el conjunto de la ciudadanía posibilidad de llegar a lograrlo(tal como un carné de conducir, para la obtención del cual se obliga al pretendiente a un intenso estudio y a la aprobación de un exámen). Esto resulta totalmente necesario, cuando la estancia de un determinado grupo o líder en el poder puede cambiar los rumbos políticos -así como los económicos y sociales (veamos el caso de Bush)-, y sobre todo cuando vemos claramente, como hoy es el caso, que las decisiones de voto se decantan desde un alambique puramente sofista y falaz como son los mítines televisivos (me remito sin mayor problema al caso antes citado de las elecciones norteamericanas).

Claro que esta no es la situación ideal, el planteamiento ideal consistiría en una ciudadanía que tuviese ya tan interiorizados los ideales y conceptos políticos que no fuera necesario un exámen, que el derecho a voto fuera un derecho de implantación universal a demás de un derecho meramente universal. Pero, para esto, son necesarias muchas generaciones de personas educadas en la auténtica política. La situación actual es el resultado de la implantación, de la noche a la mañana, de un derecho a voto a todas las personas, que vieron que podían meter una papeleta en una urna sin saber muy bien lo que ello conllevaba, ni lo se esperaba de aquellos que la metían a nivel de decisión.

No caiga nadie en la fácil crítica de decir que lo que yo quiero es que todo el mundo vote a mi opción política -que lo quiero- y que todo lo demás me parecerá infundado y falto de contenido. Aquel que desee votar por igualdad y falta de fronteras, como el que quiera hacerlo por la desigualdad y el genocidio, como el que quiera mezclar ambas opciones, háganlo, pero basados en ideas, conceptos, leyes y normas claras y no erróneas, teniendo en cuenta que si algo es relativo en la historia son los juicios de valor y la política. Yo estoy en contra de ser asesinado, pero si alguien me argumenta lo suficientemente bien como para acabar convenciéndome de que mi asesinato es lo mejor que se puede hacer conmigo, no podrán asesinarme, porque resultará un suicidio.

Ahora, tampoco a de inclinarse la balanza a mi favor extremadamente e imponer unos criterios en esa posibilidad de obtención del derecho basados en otra plataforma que la meramente intelectual y comprensiva -hablo de conceptos raciales, sociales, étnicos, culturales, etc.- (como también resulta para el caso antes citado). Estos cortes en las listas son injustos, pues no miran por el buen funcionamiento de las diferentes instituciones y decisiones, sino por prejuicios personales o colectivos basados en datos falseados o, peor aún, sin ninguna base documental, falsa o veraz.

San Sebastián, re-redacción sobre un texto propio de 2004.